Wednesday, February 28, 2007
Tuesday, February 27, 2007
Caroline
Erase que se era que se había terminado el verano para Caroline. odiaba los 31 de agosto, era lo más terrible. Siempre llovía. De repente se estrechaban las tardes y ese chico volvía a su ciudad. Apenas habían hablado directamente, ella se camuflaba entre el grupo porque se sentá estúpida y tímida a su lado. Cómo peladeaba para seguirle, cómo se tragaba el miedo a tirarse del puente y cruzar hasta la otra orilla.
Desde el despertar pensaba en el momento de verlo, recorría la ciudad en su bicicleta azul, siempre por delante de su casa, sin mirar, pasaba veloz. Muchas tardes acababan con el grupo en una cabaña cerca del río o tomando un té frío en el porche. A veces el azar le sentaba a su lado, lo pasaba mal pero a la vez se sentia acompañada. Algún atardecer quiso aprovechar la oscuridad para tocar su mano. después en su diario se lamentaba de tanta pasividad, se avergonzaba de soñarlo. Nunca se iba a fijar en ella, ella era de los que obserban, él de los que protagonizan.
Caroline sabía que este era el definitivo, el más temido 31 de agosto, el último. Lo vio pasar en la ranchera, detrás, junto a su hermano pequeño. De repente su mirada la empujó a un acantilado de abismo. Fue un otoño duro, la bicicleta ya sólo era una bicicleta y el puente se llenó de hojas ocre.
Ese mismo 31 de agosto, en su largo trayecto de vuelta a Boston, Neil escribiría una canción recordando a esa chica que deseaba ver cada verano. Ninguna de las noches que logró sentarse a su lado fue capaz de acariciar su mano, aunque llevaría peor no ser capaz de olvidarla.
Hands, touching hands, reaching out
Touching me, touching you
Oh, sweet Caroline
Good times never seem so good
I've been inclined to believe it never would..
(Será qe me ha venido la imagen de pedalear sin manos en largas tardes de luz cegadora que tatareaban un silencio de siesta sepulcral. O será Neil Diamond, que me hace soñar con Caroline, como si estuviera por llegar el verano)
Sunday, February 25, 2007
boda
Tuesday, February 20, 2007
Jazz
Tengo una ancla en mí que siempre se hunde en la obsesión del tiempo no vivido. La fórmula, no de la felicidad, la búsqueda del mayor rendimiento dadas las coordenadas de la circunstancia y del "on" (on francés).
Nunca tengo tiempo de sentarme en el sofá, detener la máquina del "debería estar haciendo", y decidir pensar. Pero el jueves, fui a una sesión de jazz. Recientemente le estoy sacando el jugo a una música a la que llegué a tener aversión. No hay nada como el VIVO y el directo. Esa noche había un piano, una batería y un contrabajo. En la mesa, una botella de tinto.
No pasaron más de diez minutos que mis pies flojeaban dejándose arrebatar por la música. Dum, du-dum. Dum, du-dum. estaba a unos dos metros de los músicos, el sonido perfecto, surround a mi alrededor. Estaba contenta, como el resto; saqué un cigarrillo, pensé.
Pensé en todas las cosas que me gustaría hacer, en las vidas que he dejado de elegir, clarividencia del jazz, miraba la cara del contrabajista extasiado con su instrumento, me preguntaba si la fórmula no estaría en dominar un instrumento...daban ganas de subirse al escenario, pasaba el camarero y me encendía el cigarrilo. Dum, du-dum.
Hay tantas cosas por hacer, tantos libros por leer, tener tiempo de mirar las mil fotos que echamos con la digital, tantas películas clásicas que me gustaría ver, aprender a cantar, escuchar y descubrir nuevos músicos, dejar de atormentar a este yo y ser otro, tener los anhelos de otro, los miedos de otro... Empecé a recordar esas películas en las que el protagonista llega a una cava de jazz de los cincuenta llena de humo y notas, alcohol. Esa atmósfera viciada de vida.
Siempre hay un abuelo, pero en este caso su presencia no era superflua. Estaba sentado a mi izquierda, la copa de champagne no bajó de la mitad en las dos horas. Y él más que nadie tecleaba la mesa con la mano, tocaba la batería con su pie. Era Alguien, existía y se sabía existido. Jazz era suficiente, su fórmula.
Pedí una copa de cava, pasó el camarero con el mechero, me encendió otro cigarro. Mientras, mi cabeza, físicamente, se dejaba seducir por la musíca, afirmándola repetitivamente, mi pie desbocado en su propio claqué,alguna parte de mí empezó a listar un conjunto ene de cosas que tengo pendientes de hacer, leer más, bajarme esa música, ir a esa tienda, llamar a alguien, dibujar, dibujar, saqué un lápiz, y sin luz, reconfortada por el Presente me sentí vivida.
Dum, du-dum que el camarero era la tercera vez que pasaba con el mechero hacia mí, yo después sacaba un cigarrillo... El tiempo empezó a rallarse, a ir al revés, sin concatenar causa efecto, los platos de la batería irrumpían la secuencia..
Dum, du-dum que me habían retirado el ancla sin previo aviso.
Sunday, February 18, 2007
Saturday, February 17, 2007
Gravity of Gravidence
Dicen que fue Newton. Ja-ja. La gravedad la descubrió su hermana Gretel en el sexto mes de embarazo. Por qué cada vez se sentía más cerca del suelo? Cuál era esa fuerza que la aproximaba al suelo conforme crecía el peso de su barriga?
Pero ya sabemos que hasta Curie, en la historia científica en particular y en la Historia en general, parece ser qe no hubo ninguna mujer, ni por casualidad, que descubriera la polinización. Por favor!
Cómo podemos vivir tan engañados!? Aceptar el episodio de la manzana de Newton, nos venden la moto y el motero (chico claro)... Cambiará la historia de la historia algun día?
- 9.8 G, no 9.8N.
Wednesday, February 14, 2007
Sunday, February 11, 2007
Probar y probar...
Saturday, February 10, 2007
De la nada al Aleph
Tú me recuerdas el prado de los soñadores
El muro que nos separa del mar, si es de noche
Tú me recuerdas sentada, ciertos sentimientos
Qué nunca se sabe que traen en las alas
Si vivos o muertos, si vivos o muertos
(...)
Tú me recuerdas el mundo de un adolescente
Un seminiño asustado, mirando a la gente
Un ángel interrogado, un sueño acostado
La maldición, la blasfemia de un continente
Y un poco de muerte, y un poco de muerte
El ilustrador oyó una música que emergía de un dibujo a lápiz, esto lo explicaba todo.
No le gustaba lo específico ni planificar, le gustaba lo interactivo, los colores...Coleccionaba metáforas. Su método de ilustración era simplemente coger un lápiz y dibujar. De pronto aparecía una curba que identificaba con un codo, seguía hasta que se sorprendía ante la mirada atenta de una ilustración. No era él quien los dibujaba, aparecían de la nada.
De la nada? Imposible, qué bobada. Siempre al segundo de darles a luz, podía contar un sinfín de cosas de su vida, de su contexto, de sus anhelos más íntimos. Eran creaciones del inconsciente, de alguna sensación, de alguna imagen o de agun sentimiento atascado.
Hasta hoy, que del segundo cajón, el de las metáforas, oyó una melodía, a penas reconocía le letra...Era de Silvio, sin duda.
Comprendió que algunos de sus dibujos venían de cuando era joven, de ese tiempo en que las canciones no eran letras, sino postulados, verdades vitales.
Embriagado de nostalgia tuvo que esconder su ilustración. En el tercer cajón, en la caja del Aleph. Lo cerró con llave, por supuesto.
Friday, February 09, 2007
Wednesday, February 07, 2007
Ghido
Vivimos pensando que los hemos domesticado.
Falso: son ellos que nos custodian. Estos pequeños centinelas sosegados, ajenos a cualquier preocupación accesoria. Su tranquilidad es de una elegacia, sorprende, te reubica: estamos vivos, ergo moriremos. Parece un salto kantiano, pero las cosas puras tienen este poder de persuasión...Como esta foto:
Gather your roses while you may, for time is still flying.
But know the roses that bloom today, tomorrow may be dying.
Las sensaciones más puras impactan. A menudo preferimos los laberintos sociales, condenando lo más importante a una telenovela rosa de sobremesa, para que (ad)mirarla si mañana la repondrán. El gran autoengaño vital.
Y tanto follón por un gato, por una mirada adorable.
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