Tuesday, February 27, 2007
Caroline
Erase que se era que se había terminado el verano para Caroline. odiaba los 31 de agosto, era lo más terrible. Siempre llovía. De repente se estrechaban las tardes y ese chico volvía a su ciudad. Apenas habían hablado directamente, ella se camuflaba entre el grupo porque se sentá estúpida y tímida a su lado. Cómo peladeaba para seguirle, cómo se tragaba el miedo a tirarse del puente y cruzar hasta la otra orilla.
Desde el despertar pensaba en el momento de verlo, recorría la ciudad en su bicicleta azul, siempre por delante de su casa, sin mirar, pasaba veloz. Muchas tardes acababan con el grupo en una cabaña cerca del río o tomando un té frío en el porche. A veces el azar le sentaba a su lado, lo pasaba mal pero a la vez se sentia acompañada. Algún atardecer quiso aprovechar la oscuridad para tocar su mano. después en su diario se lamentaba de tanta pasividad, se avergonzaba de soñarlo. Nunca se iba a fijar en ella, ella era de los que obserban, él de los que protagonizan.
Caroline sabía que este era el definitivo, el más temido 31 de agosto, el último. Lo vio pasar en la ranchera, detrás, junto a su hermano pequeño. De repente su mirada la empujó a un acantilado de abismo. Fue un otoño duro, la bicicleta ya sólo era una bicicleta y el puente se llenó de hojas ocre.
Ese mismo 31 de agosto, en su largo trayecto de vuelta a Boston, Neil escribiría una canción recordando a esa chica que deseaba ver cada verano. Ninguna de las noches que logró sentarse a su lado fue capaz de acariciar su mano, aunque llevaría peor no ser capaz de olvidarla.
Hands, touching hands, reaching out
Touching me, touching you
Oh, sweet Caroline
Good times never seem so good
I've been inclined to believe it never would..
(Será qe me ha venido la imagen de pedalear sin manos en largas tardes de luz cegadora que tatareaban un silencio de siesta sepulcral. O será Neil Diamond, que me hace soñar con Caroline, como si estuviera por llegar el verano)
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