Wednesday, September 27, 2006




We don't even care as restless as we are
We feel the pull in the land of a thousand guilts
And poured cement, lamented and assured
To the lights and towns below
Faster than the speed of sound
Faster than we thought we'd go, beneath the sound of hope.

Esta canción de Smashing Pumpkins estará linkada para siempre a mi segundo viaje a Finlandia. Allí descubrí un tempo diferente: el tiempo no tenía bordes. Las agujas no se paseaban entre números sin llegar a ningun sitio. Supongo que era el efecto boreal, las noches nunca eran noches, así que todo era elásticamente aplazable. Fantástico. Un par de días en Laponia y me despreocupé de preocuparme.

Justine never knew the rules,
Hung down with the freaks and the ghouls
No apologies ever need be made, I know you better than you fake it
To see that we don't even care to shake these zipper blues

Especialmente me lleva a un autobús, una carretera recta, estrecha y salpicada de saltos de moose o de ciervo (nunca sabré cual es la equivalencia, no importa); todos finlandeses. La carretera cruzaba un bosque eterno, que si no conducía a la nada te llevaba a Laponia. Y llegamos. Y al corazón le dolió ver tanta belleza. Belleza de acantilado en noviembre.

And we don't know just where our bones will rest
To dust I guess
Forgotten and absorbed into the earth below
The street heats the urgency of sound
As you can see there's no one around

Laponia, apartados del mundo, del ruido. Una realidad hecha sueño. (Foto desde la Isla Sagrada de Inari, donde los lapones iban a pedir un deseo vital).

1 comment:

Rubinzada! said...

very pretty picture.